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La Skunk es un híbrido situado en el lado índica del espectro índica/sativa. Esta cepa ha honrado el consumo de cannabis y al colectivo de cultivadores durante varias décadas. La Skunk es una cepa fuerte que tiene una pegada psicoactiva, ofreciendo una diversa y agradable variedad de aromas y sabores.
La Skunk rinde bien tanto en exterior como interior. Se sabe que es una variedad fácil de cultivar, con unos rasgos fuertes y una potente producción de resina. Los cogollos de esta cepas son pesados, duros y compactos. El rendimiento de interior está por encima de la media, con un ratio hoja-cogollo por encima de la media.
Las plantas crecen de manera espectacular en armarios de cultivo, y debido a esa facilidad, son una fantástica elección para principiantes. La cepa tolera altas temperaturas y responde bien a la poda. El periodo de floración es muy corto, solamente 45-50 días.
La Skunk es un híbrido índica dominante, con en torno a un 80% de genética índica. Siendo principalmente índica, la cepa produce magníficos efectos relajantes y calmantes al fumar. Sin embargo, no necesariamente deja al fumador demasiado fumado para seguir siendo productivo, ya que también induce sensaciones revitalizantes y eufóricas que permiten un estado de creatividad y felicidad.
La Skunk es una gran variedad para aquellos fumadores que realmente valoran el sabor de su hierba durante una fumada. El contenido de terpenos en la Skunk evoca una mezcla de sabor único a pino y cítricos, con matices terrosos también presentes. Un sabor verdaderamente hipnotizante.
Además de ofrecer esas delicias recreativas, la Skunk también tiene algunas aplicaciones médicas. La cepa es especialmente útil en el tratamiento del estrés, con la parte índica de la cepa actuando para ayudar a los consumidores a calmarse y disfrutar de un momento de relajación. Esta variedad también es muy indicada para tratar el dolor y el insomnio.